El Juvenil 'A' vuelve a sonreír

Los de Dani recuperaron su mejor versión para imponerse al Juventud Madrid con tantos de Gabri y Andrino.

Comenzaban los nuestros con Roberto bajo palos, Rodrigo, Alex Fernández, Mario García y Ruano atrás. Estella, Puerta, Jiménez, Yeray y Gabri; y Gamino en la punta de ataque.

Tras comenzar el 2020 imbatidos con dos victorias y dos empates, los nuestros volvieron a probar el sábado pasado la amargura de la derrota ante el Villaverde. Pero no era día el de ayer para mirar al pasado y los nuestros se pusieron el mono de trabajo para seguir sumando. 

A los diez minutos de juego comenzaron los problemas, Sergio Puertas tuvo que abandonar el terreno de juego por lesión para dejar su sitio a Víctor Durán. Tras una primera mitad muy disputada, Gabri adelantaba a los nuestros a falta de cinco minutos para el entretiempo. Balón de oxígeno para encarar así la segunda mitad con ventaja en el marcador. 

Al poco de la reanudación, nuevo traspiés. Estella enfilaba el camino de los vestuarios antes de tiempo por doble amonestación. Tocaba seguir remando, pero tan solo cinco minutos después, las fuerzas se volvían a igualar, ya que el dorsal diecisiete del Juventud era también expulsado por doble tarjeta. 

Los visitantes buscaban entonces el empate con diez en el campo pero todos sus intentos morían en las manos de Roberto, muy seguro todo el partido. A la hora de juego Gabri, siempre combativo dejó su sitio a Gil que lo intento por izquierda. Tuvo en sus botas el dos a cero pero el cancerbero visitante rozó el balón con la yema de los dedos para despejarlo a córner. 

Los dos últimos cambios del choque fueron protagonistas al final. Raúl Andrino y Barrios, Barrios y Andrino. Ambos buscaron el dos a cero en varias ocasiones. Primero tras un robo genial de Barrios en el área, donde la puso atrás pero no encontró el remate de Andrino y la zaga local despejó el peligro como pudo. Poco después con el tiempo casi cumplido los visitantes divisisaron su última oportunidad de empatar en una falta en su propio terreno. Todos al ataque. La golpea a Barrios en la espalda y el pelotazo se convierte en un genial pase de gol para Andrino. Este galopa todo el campo sin encontrar resistencia hasta que se topa con el meta al que bate con zurzado cruzado. Se desataba la locura local ante un tanto que cerraba una nueva victoria para soñar.